Una carta




Carta a aquel extraño llamado John 

 No puedo negar tu existencia aunque muchos me aconsejan que es lo mejor que puedo hacer, nadie ha logrado comprender lo que yo sentí por ti, muchos creen que cuando te nombro es porque no te he superado, no te he dejado atrás, en el olvido donde debería estar un hombre que tanto daño le hizo a un inocente niña que solo se quería enamorar. Reconozco que sí era una niña  y tal vez un poco inocente, pero no te culpo por las lágrimas que derrame durante el tiempo que estuviste presente en mi vida y durante el tiempo que tarde en entender que ya no ibas a estar más en ella, sí, hasta el momento por nadie más he derramado tantas lagrimas como lo hice por ti, pero no siempre estas lagrimas fueron de dolor, hubieron algunas de felicidad, de soledad, de decepción… es más creo que la gran mayoría fueron de decepción, decepción de un hombre perfecto que yo cree, te idealice y luego te juzgue, te convertí en el verdugo de una pequeña historia de amor que solo fue vivida en la oscuridad de tu cueva, el lugar que fue testigo de cada una de las caricias que le hiciste a mi cuerpo casi virgen, de los besos reales y sinceros que yo te di esperando que tal vez, soló tal vez algún día tu llegaras a sentir por mí un poco de lo que yo sentía por ti, aunque era consiente que tu corazón estaba con alguien más, con esa pequeña mujer robusta de cabello claro y ojos color miel tú me dabas esperanza de que tal vez soló tal vez la podrías olvidar y darme la oportunidad de estar en tu vida. Ya no más tras las sombras, ya no más como la amante de aquel hombre que era un excelente, profesor, hermano y amigo. Podría ser en aquel entonces  una pobre niña inocente, pero aun que no sabía que era lo que estaba viviendo contigo nunca deje de perseguir mis sueños y de crear un plan B que muy en el fondo sabía que  era un plan A, porque te lo digo ahora yo sabía que tú y yo íbamos por caminos totalmente diferentes yo soy avariciosa y siempre quiero más de los que tengo, tú por tú edad ya querías estabilidad y tranquilidad y a mi lado que  soy una tormenta de decisiones alocadas y de arrebatos de locura que me han llevado a donde estoy hoy en día y esto es bueno y funciona para mí pero jamás lo hubiera hecho si hubiésemos estado juntos. No sé de ti hace ya un tiempo, no sé si estas con aquella mujer mayor que tú, posesiva que tal vez a cambio de la compañía de un hombre te podría brindar lo que tu buscabas, aun que una vez me dijiste que estabas con ella soló por interés, me cuesta creer que de alguna manera te  hayas vendido al diablo solo por estabilidad, o si tal vez encontraste a aquella mujer perfecta que siempre buscaste, si estas en la misma ciudad o si te mudaste a otra, si saliste del país o si aún vives, no sé  qué es de el hombre que me enseño que en la vida no siempre obtienes lo que quiere y menos cuando lo que quieres poseer es una persona, nadie le pertenece a nadie y hoy en día las historia de amor que terminan con un “Y vivieron felices para siempre” no existen. Quiero que sepas querido Jhon que el tiempo puede pasar y hacer lo suyo, curar las heridas y convertirlas en cicatrices y un que estas sean profundas y aun generen suspiros nunca te olvidare ni te recordare con rencor pues no soy amiga de estos sentimientos, nunca supe si me llegaste a conocer, si tienes alguna idea de quién soy y que cada te quiero que te dije  fue dicho con sinceridad, sinceridad que tú nunca tuviste conmigo y que básicamente fue la causal por la que yo me fue alejando y aun que el ultimátum lo diste tu movido por un acto algo desagradable que yo hice y si tu cuentas la historia yo sería la terrible villana, pero toda historia tienes dos caras, yo sé que no soy una mujer perfecta y que lo último que hice que prácticamente no lo hice yo pero como si lo hubiera hecho al aceptarlo, de igual manera asumo la responsabilidad de ello sé que fue algo desagradable créeme que no solo para ti sino también para mí porque por ello me di cuenta que el hombre que yo conocía nunca existió, me había enamorado de un extraño y ahora le escribo una carta a un extraño que no sé si la lea alguna vez, ni que reacción tenga cuando la lea, lo único que sé es que tenía que hacer esto para cerrar página y continuar.
Y cierro esta  carta para aquel extraño al cual yo le decía Jhon, aquel extraño que se robó mi corazón y que me dio a probar las mieles del amor y el vinagre del olvido, a él solo me queda decir le gracias, y que espero que algún día sea feliz y que su estrella  este alumbrando el cielo de alguien más.


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